domingo, 8 de junio de 2008

El aprendizaje en línea

Chic@ssss, una en italiano ¿la puedo hacer? …pleeease. Os prometo que si no entendéis algo os lo traduzco (¡por algo estaré estudiando en esta facultad!). Bueno, ahí vamos :P

  • Primo: siete fortunati perché non ho mai imparato una lingua on-line, quindi il supplizio durerà poco!
  • Secondo: credo di aver avuto l’onore di sperimentare quella cosa dell’apprendimento con l’assistenza di un computer (è il CALL, no?) quindi qualcosa da raccontare ce l’ho!
  • Terzo: non c’è un terzo, ma mi sembrava incompleto fermarmi al 2!

Storia: Doriana ed il CALL.

All’epoca in cui ancora frequentavo l’amena Università Politecnica delle Marche e mi preparavo per il First Certificate, passavo la maggior parte delle mie giornate nell’aula multimediale allestita al 1º piano dell’ala est. Tra i vari arnesi per esercitarsi (libri, cassette, dizionari, film, riviste, …) avevamo a disposizione una serie di computer giurassici che, nonostante le mastodontiche dimensioni, ci permettevano di praticare la lingua. Dopo aver passato il controllo di sicurezza, ti appropinquavi quatto quatto al computer, lo accendevi, inserivi la tua password e, se per grazia divina il sistema ti riconosceva (30% dei casi), potevi finalmente posizionarti il cupolino e perderti nei meandri dell’apprendimento.

L’esercitazione si divideva in unità, che a sua volta erano divise per livelli di conoscenze ed iniziavano sempre con una parte di grammatica (della quale non posso fornire testimonianza!) in cui si spiegavano le regole per risolvere gli esercizi, e poi si passava agli esercizi veri e propri. Partiva l’audio (o il video sullo stesso stile):

Reservations clerk: — Northwind Airways, good morning. May I help you?

Mary Jones: — Yes, do you have any flights to Sydney next Tuesday afternoon?

Reservations clerk: — One moment, please... Yes. There´s a flight at 16:45 and one at 18:00.

Mary Jones: — That´s fine. Could you tell me how much a return flight costs? I´ll be staying three weeks.

Reservations clerk: — Economy, business class or first class ticket?

Mary Jones: — Economy, please.

Reservations clerk: — That would be €346.

Mary Jones: — OK. Could I make a reservation?

Reservations clerk: — Certainly. Which flight would you like?

Mary Jones: — The 16:45, please.

Reservations clerk: — Could I have your name, please?

Mary Jones: — My name is Mary Jones, that´s M-A-R-Y J-O-N-E-S.

Reservations clerk: — How would you like to pay, Ms. Jones?

Mary Jones: — Can I pay at the check-in desk when I pick up my ticket?

[bla, bla, bla…]

E a continuazione le domande, del tipo: where is Ms Jones flying to? Which day? What time? …

E tu lì a rispondere per filo e per segno. Gli esercizi erano a punti e vi era una marcatore in alto a destra in cui si andavano sommando i punti positivi. Se si otteneva una certa percentuale di risposte corrette, si superava quella determinata unità e si poteva proseguire, altrimenti … altro giro, altra giostra, fino a che non si otteneva la percentuale richiesta per avanzare.

A parte questa minuta esperienza alle prese con lingue e IT, ho sempre frequentato corsi di lingua tradizionali, quelli impartiti a scuola in cui eri obbligato a far vedere la tua faccina al professore se non volevi essere bocciato o guadagnarti gli odiosi crediti formativi!

Che dire dei corsi in linea? Credo che oggi come oggi, come dice il prof, un corso che non abbia componenti on-line o che non includa pratiche elettroniche, sia inimmaginabile. Internet e la tecnologia dell’informazione ci hanno ormai invaso e, nella buona o nella cattiva sorte, siamo obbligati ad accettarli. Studiare on line lo vedo meno costoso e più flessibile; ma, per contro, credo che l’interazione fisica tra gli agenti sia un aspetto importante (e questo lo dico per esperienza personale) nell’apprendimento di una lingua, dato che crea situazioni che no potrebbero essere riproducibili on-line e che potrebbero essere il punto di partenza per un ulteriore apprendimento.

Quindi non credo ci sia altro segreto se non quello di trovare un equilibrio tra on-line/NON on-line e massimizzare l’apprendimento. Magari il Blended Learning potrebbe essere la soluzione.

Había dicho que iba a ser corto, ¿me he enrollado mucho? Sorry!

viernes, 16 de mayo de 2008

La evaluación

Mi experiencia como aprendiz evaluada en lenguas.

Como aprendiz evaluada en lenguas he experimentado evaluación más sumativa que formativa; más cuantitativa que cualitativa; más normativa que ipsativa; más hetero que auto.

He hecho, como aprendiz evaluada en lenguas, menos pruebas de adscripción que diagnosticas; menos exámenes para acceder a un certificado que evaluaciones continuadas.

En mi experiencia como aprendiz evaluada en lenguas he tomado tanto tests de respuesta múltiple como entrevistas orales, tanto pruebas escritas como ejercicios en clase.

Como aprendiz evaluada en lenguas creo que a veces he recibido evaluaciones justas, a veces injustas. Me ha pasado, como aprendiz evaluada en lenguas, que ha veces tenía la sensación de haberlo hecho bien y me ponían malas notas, otras me creía que lo había hecho bien y me ponían buenas notas; a veces me creía que lo había hecho mal y me ponían buenas notas, otras me creía que lo había hecho mal y me ponían malas notas.

El único recuerdo un poco significativo, como aprendiz evaluada en lenguas, es el examen de inglés de reválida del bachillerato. Mi profe me preguntó por James Joyce y yo, aprendiz evaluada en lenguas, empecé diciéndole que era un escritor inglés. Ella, como si nada hubiera ocurrido, siguió diciéndome, “sí, famoso escritor irlandés...”. El resto de la comisión examinadora, que no hablaba inglés, no se dio cuenta de mi error y ella no me suspendió. Fue divertido.


domingo, 11 de mayo de 2008

jueves, 8 de mayo de 2008

Las Teorías

Uff, aquí me lo habéis puesto difícil, me hago un lío, empiezo a sudar y no soy capaz de discernir entre todas esas teorías. De hecho, ni estoy segura de que se puedan dividir; pero, ¿tantas hay?
Bueno, dejémonos de rodeos y vamos al grano. Quizás sea mejor empezar a hablar de lo que NO he experimentado…
Humanismo. Creo que de eso he visto poco; nunca nadie se ha preocupado de mi estado o estadio de ánimo en una clase de lengua. Sin embargo, en las clases de inglés para el Advanced, y en las de checo también, sí que había buen ambiente en el aula. ¿Es humanismo eso?
Gramática generativa. De eso tampoco puedo facilitar ejemplos, me lo he estado pensando, pero nada, no he sido testigo de estudios sobre la adquisición del lenguaje.
Quitadas esas dos, vamos ahora a lo que creo que SÍ he experimentado. ¿Todas las horas pasadas a memorizar los verbos de inglés, las reglas de gramática de francés y las declinaciones de latín, griego y de checo, ¿eran parte de la Teoría de la Gramática Tradicional? Yo diría que sí. Y eso también tendría algo que ver con la Teoría Conductista, ¿verdad? Pues creo que en este caso también la respuesta es un sí redondo. Sí, porque los que se nos enseñaba en esas clases eran más bien conductas y el error estaba visto como pecado capital….. Y bueno, allí nada de Cognitivismo, ya que de creatividad y reflexión, ni habar. Siempre, lo que más contaba era “le bon usage” de la lengua.
En todos los cursos de las lenguas que he nombrado hasta ahora, creo que, de alguna manera o de otra, también un poco de Estructuralismo siempre acompañaba. Siempre llegaba un momento en el que había que hacer ejercicios de rellenar huecos y de hablar un poco.
Dicho eso, nos faltan la teoría del “Análisis del discurso” y, dulcis in fundo, el "Socioconstructivismo" (creo que sólo me dejaba esas, ¿verdad?).
De análisis sí he visto, ¡meu deu si he visto! En latín y griego nos machacaban…
-“No se puede traducir si no se entienden las partes del discurso”. ¡Cuántas veces he escuchado eso! Y venga a analizar discursos.
Y bueno, creo que estaría demás decir que tanto en latín y como en griego los cantos líricos y la épica jugaban el papel de protagonistas y que estas eran las dos lenguas en las que las teorías tradicionales triunfaban, es bastante obvio ¿verdad?.
Para terminar, vamos al Sociocontructivismo. Eso lo he vivido completamente en mi aprendizaje de español y de portugués. Esas dos lenguas nunca las he estudiado de manera formal (vale igualmente, ¿verdad?), sino que las he ido y las voy metabolizando a través de la interacción con los agentes, el contexto y los materiales de aprendizaje. Por lo tanto, esta es la teoría con la que más a gusto me siento; por una parte porque el lenguaje es la herramienta más importante de mediación y por otro lado porque soy yo misma a crearme el aprendizaje y a elegir lo qué más me gusta hacer, cómo, dónde, cuándo y con quién.

domingo, 4 de mayo de 2008

Foreign languages

This morning I woke up in an English mood, so I decided to enrich my blog with an English entry and defeat my blog prize competition colleagues with English humor...God forbid!
As you will soon attest, English is not my forte, but I studied it for so long that I had to give a try.
Premises: this is a chronological excursus through my foreign language learning process.

  • English: love and hate
  • French: how romantic!
  • Latin and Greek: are them really dead?
  • Spanish: love at first sight
  • Czech: I can do it
  • Catalan: what a confusion!
  • Portuguese: for fun

viernes, 2 de mayo de 2008

Alfabetización

Érase una vez, en un lejano pueblecito del sur de Italia, una niña de cinco añitos. A Doriana, ese era su nombre, sus padres le dijeron que tenía que “formalizar su instrucción”, y la llevaron a la escuela primaria.
Doriana no entendía muy bien esas cosas de adultos, pero en la escuela aprendía muchas cosas interesantes y eso le encantaba. Estudiaba mates y literatura, historia y geografía, religión y ciencias. Sin embargo, algo faltaba para que todo eso se aprendiera bien. Lo más importante y lo que subyacía todo el aprendizaje era la lengua, el italiano, y eso era lo primero que Doriana tenía que aprender.
Los primeros días de clase Doriana y sus compañeros, para aprender italiano, sólo tenían que hacer ejercicios orales: escuchar y comprender conversaciones, contar cuentos y cantar canciones, canturrear cantilenas y recitar poemas.
A medida de que los días trascurrían, los ejercicios orales ya no eran tan importantes y se podía hacer lado a otras actividades. Había llegado el momento de arriesgarse a leer y comprender, producir y reelaborar textos.
Y ¿cómo vamos a hacer todo eso? Pensaba Doriana.
Fácil. El primer instrumento a utilizar era el abecedario, la lista en orden alfabético de las letras del idioma. Había que tomar cada una de las 21 letras del alfabeto italiano y escribirla una y otra vez, una y otra vez.
- “Una paginita de As” decía la maestra, y escribía en la pizarra la letra a copiar.
- “Y ahora una de Bs y una de Cs” . Y seguía escribiendo y cambiando de mayúsculas a cursiva.
- “Y ahora vamos a juntar las letritas…empecemos, A de árbol, B de barco, C de casa,…”, continuaba la maestra enseñando las cartulinas del árbol, del barco y de la casa con los respetivos dibujos y palabras. Y todos los niños escuchaban, copiaban y repetían.
Esto duró varias semanas, hasta que Doriana y los demás niños aprendieron a escribir todas las letras del alfabeto, a juntarlas para formar palabras y textos breves por su propia cuenta, a distinguir entre vocales y consonantes, a leer y comprender.
Ésta es la historia de cómo Doriana fue alfabetizada y de cómo movió sus primeros pasos en el maravilloso mundo del italiano. Ahora Doriana es una niña mayor y poquito recuerda de aquella época en la que le tocaba copiar y recitar. Sin embargo, cuando lo piensa, todavía le vienen con cariño a la mente las cartulinas coloreadas de la maestra, los coros de niños y las cancioncitas que le servían para aprender a leer y escribir.

martes, 29 de abril de 2008

Looking for memories


Esto de volver 22 años atrás y explicar mi primera educación lingüística realmente supone un “estruje de meninges” (traducción literaria de la locución italiana “spremere le meningi”, que indica el esfuerzo cerebral que hay que hacer en el acto de pensar mucho, hacer trabajar el cerebro, buscar una solución a algo, etc. – Para más detalles sobre “spremere le meningi” acudan a la suscrita Doriana[dot]Mastrovito[at]gmail[dot]com) que quite el polvo cerebral de mis frágiles recuerdos de infancia relacionados con el aprendizaje de lenguas. Antes que nada, ¿Por lengua materna entendemos estrictamente la lengua de la madre o simplemente el primer idioma que entendemos y en el que somos capaces de hacernos entender (en cuestión L1)? Si la respuesta es “lengua hablada por la progenitora”, tenemos aquí otra dicotomía: ¿el napolitano (variedad italorrománica hablada en Nápoles, maravillosa ciudad italiana de la que procede mi adorada madre) es una lengua o un dialecto? Según los expertos (y me he estado informando sobre el tema), el napolitano NO es una lengua. Simplemente es una variedad de la lengua italiana que se habla en el sur de Italia. Una de las explicaciones aportadas a esta teoría es que no se puede hablar propiamente de lengua si los moradores de cierta zona pueden entender el habla de los que viven en otro lugar, que supuestamente es el caso del napolitano. Ahora, yo desafiaría a cualquier veneciano a mantener una conversación que tenga sentido con un napolitano y ¡ luego volvería a hablar con dichos expertos! pero bueno, los expertos por algo serán expertos, así voy a hacerles caso y me quedo con que el napolitano NO es una lengua. Solucionada la diatriba, puedo afirmar que mi primera escolarización lingüística fue en mi idioma materno o, como más me gusta, nativo: el italiano.